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Caso de Estudio 1.1: Separando rumores de hechos en una zona en conflicto de Nigeria

Stéphanie Durand maneja alianzas estratégicas con los medios y un número de proyectos en la United Nations Alliance of Civilizations en Nueva York. Ella se encarga de organizar entrenamientos con los medios, convocar reuniones de expertos y editores, desarrollar proyectos multimedia, conducir la promoción de una página web de expertos y administrar un portafolio de más de 80 socios. Previamente trabajó en el Instituto de Estudios Políticos de París (Sciences Po) como directora adjunta del American Center y luego en la Facultad de Periodismo, donde desarrolló la estrategia internacional. De origen franco-alemán, ella posee una Licenciatura y Maestría (B.A./M.A.) del Sciences Po de París y una Maestría (M.Sc.) de la Escuela de Economía de Londres en Relaciones Internacionales. Su Twitter es @steffidurand.

La región de Jos en Nigeria Central tradicionalmente es conocida como el “Hogar de la Paz y el Turismo”. Hoy en día, y durante cierto tiempo ya, ha estado siendo el hogar de una guerra constante con orígenes religiosos y sectarios.

Jos abarca la frontera norte-sur de Nigeria. La parte norte del país es predominantemente musulmana; el sur es predominantemente cristiano.

La crisis en Jos ha dado pie a titulares alarmantes tales como “Asaltantes Islámicos Asesinan Cientos de Cristianos cerca de Jos” y “Musulmanes Masacran a Cristianos en Nigeria Central”. Estos titulares, así como otros parecidos, llevaron a algunos líderes religiosos a culpar a los medios por incitar a la violencia, debido a la naturaleza provocativa de los reportes.

El hecho es que sí hay violencia mortal en Jos y que la prensa debe reportarlo con precisión. Para hacerlo, la prensa debe filtrar un número creciente de rumores que se difunden vía mensajes de texto, redes sociales y blogs (y tener el cuidado de evitar publicar información falsa que empeore aún más la situación).

Los periodistas locales se ven expuestos también a intimidaciones, auto-censura y miedo a represalias por parte de las autoridades o militantes. Los medios internacionales se enfrentan a los desafíos de la disminución de recursos que dan como resultado que los reporteros foráneos tengan que trabajar solos para cubrir toda una región.

Esto puede afectar su conocimiento del contexto local y la sensibilidad al mismo. También aumenta su dependencia de contenidos recolectados y distribuidos por testigos en sitio (a menudo desconocidos). Los periodistas deben ser cuidadosos al verificar lo que descubren, de lo contrario se corre el riesgo de aumentar las tensiones y generar ataques en represalia, basados en nada más que rumores.

En enero del 2010, cuando los medios informativos comenzaron a reportar otro conflicto importante en Jos, empezaron a correr rumores acerca de la existencia de hordas armadas con cuchillos y machetes alrededor de las casas, mezquitas e iglesias. Los testigos reportaban causas distintas para el conflicto: algunos decían que era debido a la reconstrucción de casas destruidas en los disturbios del 2008, otros que era por una pelea durante un partido de fútbol, o por la quema de una iglesia.

Los mensajes de texto también jugaron un rol significativo en la incitación directa a la violencia con mensajes tales como "mátalos antes de que te maten a ti. Asesínalos antes de que te asesinen a ti".

Al mismo tiempo, los blogs regularmente publicaban fotos de las víctimas de la violencia.

El proceso de verificación es más crucial que nunca en una situación donde las percepciones incorrectas y el miedo penetran en todos lados. Es esencial para los periodistas sustraerse a sí mismos de las pasiones de los involucrados, así como verificar la exactitud de aquellos reportes que narren o describan visualmente violencia étnica o religiosa. Desmentir un rumor falso acerca de una matanza o una crisis inminente puede, literalmente, salvar vidas.

Como es el caso en otros lugares, las redes sociales perpetúan la desinformación en Jos, mientras que al mismo tiempo permiten a los periodistas conectarse e interaccionar con miembros del público como parte de su trabajo. Las redes sociales también proveen una plataforma para responder a rumores y verificar la información, lo que en última instancia genera el tipo de confianza y transparencia necesarias para evitar el escalamiento del conflicto.

En Jos, la aplicación de la verificación, en colaboración con el público, ayuda a los medios a jugar un papel en la distensión y contención del conflicto. Ello da como resultado, y alienta, el periodismo imparcial y preciso que tanto se necesita.

Y aunque ciertamente esta no es la única respuesta necesaria para aliviar las tensiones, este tipo de periodismo contribuye en gran medida a disipar el miedo, las sospechas y la ira que se encuentran en el corazón mismo de los conflictos étnicos y religiosos.



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