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Capítulo 2: Los fundamentos de la verificación: normas a las que ceñirse

Steve Buttry es editor de Transformación Digital de Digital First Media. Ha sido editor, reportero y asesor de redacción en siete periódicos de Estados Unidos, encabezando operaciones relevantes en TBD.com y el American Press Institute. Ha dirigido más de 40 seminarios, talleres y seminarios web en todo el mundo. Fue nombrado Editor del Año en 2010 por la revista Editor & Publisher. Buttry ha desarrollado sus 42 años de carrera periodística en Estados Unidos y Canadá pero también en Irlanda, Venezuela, México, Alemania, Japón, Arabia Saudi, Ecuador, Siberia, Francia e Italia. Publica en stevebuttry.wordpress.com y tuitea como @stevebuttry.

En 1996, desarrollé un proyecto en un instituto americano sobre un equipo femenino de baloncesto que había ganado el campeonato del estado de Iowa 25 años antes. Entrevisté a los 12 integrantes del equipo Farragut, así como a la estrella y al entrenador de Mediapolis, el equipo al que el Farragut tuvo que derrotar para obtener el campeonato.

Les pregunté a todos cómo había ganado Farragut el torneo. Ofrecieron relatos diferentes, a menudo vívidos, de la misma historia: la estrella de Mediapolis, Barb Wischmeier, que superaba los 1,8 metros de altura, anotó fácilmente ante las chicas del Farragut, más bajitas, al inicio del encuentro, y Mediapolis empezó a llevar la voz cantante.

El entrenador del Farragut sacó entonces a Tanya Bopp, que apenas superaba los 1,5 metros, para defender ante Wischmeier. Bopp forzó varias faltas en ataque (algunos recuerdan específicamente que fueron tres o cuatro faltas) por parte de la jugadora más alta, que se puso nerviosa y redujo su agresividad. El Farragut se metió de nuevo en el partido y lo ganó.

Yo no cuestioné estos recuerdos consistentes en mi reportaje, pero entendí casi por casualidad que eran exagerados. Una de las chicas me prestó un vídeo del partido. Lo vi entero, escrutando detalles que fueran de ayuda para mi historia. No estaba retando la memoria de nadie, pero cuando terminó la cinta, pensé que me debía haber perdido algo. Así que miré de nuevo.

La pequeña Tanya Bopp sólo provocó una falta en ataque por parte de su contrincante más alta. Puso nerviosa a la estrella de Mediapolis y fue el punto de inflexión del partido, pero sólo ocurrió una vez. Todos esos testimonios de primera mano que había escuchado eran inexactos, alimentados por las emociones (felicidad o angustia) de un importante momento de sus vidas, y conformados por la leyenda que creció a partir del partido.

La leyenda -y la oportunidad de honrarla mostrando su falsedad- me dieron un gran hilo narrativo para mi artículo pero también me enseñaron una lección en verificación: no creas ni siquiera a los testigos honestos. Documéntate.

Las leyendas están bien, son incluso divertidas, para atletas y fanáticos que reviven los días de gloria de un equipo deportivo legendario. Pero los periodistas, activistas y defensores de los derechos humanos deben trabajar con la verdad y comprometerse a encontrar y contar la verdad, especialmente en una situación de emergencia.

Ya sea recomponiendo el relato de un desastre natural, de una noticia de última hora o de un saber popular, los narradores deben recordar que están escuchando el resultado de una memoria que no es perfecta o que tiene una perspectiva limitada. Si contar la verdad es nuestro objetivo, la verificación debe ser el estándar.

Hemos de fijarnos y escrutar seriamente los relatos de nuestras fuentes en busca de oportunidades para verificar. ¿Tiene la fuente un vídeo, fotografía, carta o documento (nuevo o viejo) que ofrezca oportunidades de verificación o detalle, o que permita quizá corregir un recuerdo brumoso? Y cuando nos hagamos con este material, especialmente en situaciones de emergencia donde el tiempo disponible es ajustado, debemos investigarlo y aplicar los fundamentos de la verificación.

Independientemente del momento y el rol que ocupes en él, los principios de la verificación son atemporales y pueden aplicarse a cualquier situación, ya sea noticias de última hora, un desastre natural o la recuperación de una historia apócrifa de hace un cuarto de siglo.

La Esencia de la Verificación

Uno de los clichés más valorados del periodismo, espetado hasta por editores expertos de los que apartan sin miramientos otros clichés de las historias, es: "Si tu madre te dice que te quiere, compruébalo".

Pero el cliché no dice al periodista, o profesional de la ayuda humanitaria cómo comprobarlo. La verificación es la esencia del periodismo, pero también ilustra la dificultad de periodismo y la necesidad de establecer estándares elevados: la ruta de la verificación puede cambiar con cada hecho noticioso.

Por eso este manual no facilitará a los periodistas, personal vinculado a los derechos humanos y miembros de equipos de emergencia un procedimiento simple de talla única para la verificación, sino estrategias para comprobar la información -cualquiera que esta sea y cualquiera que sea la motivación o el rol que tiene dentro del caso-.

La pregunta que se constituye como corazón mismo de la verificación es: "¿Cómo lo sabes?"

Los reporteros tienen que plantear esta pregunta a sus fuentes; los editores la hacen a los reporteros. Reporteros, editores, productores y profesionales de los derechos humanos deben hacerse la pregunta en tercera persona con relación a esa fuente a la que no pueden interrogar directamente: ¿Cómo lo saben?

La asesora de redacción Rosalie Stemer añade una segunda pregunta que ilustra el carácter de múltiples capas del proceso de verificación y la ética de persistencia e iniciativa personal que éste requiere: ¿Y cómo más lo sabes?

Mientras nos cuestionamos sobre las fuentes y el material, y mientras los colegas nos cuestionan a nosotros, debemos buscar múltiples fuentes de verificación, múltiples vías hacia la verdad (o encontrar fallos en los datos o en la historia antes de actuar sobre ella).

En la verificación se pone en marcha una combinación de tres factores:

  1. La iniciativa, persistencia, escepticismo y habilidad de una persona
  2. El conocimiento, fiabilidad y honestidad de las fuentes, así como la cantidad, variedad y fiabilidad de fuentes que puedes encontrar y ser capaz de persuadir para que hablen
  3. La documentación

La tecnología ha cambiado el modo de aplicar los tres factores: el ciclo de 24 horas / 7 días a la semana y la aparición de los medios sociales y el contenido generado por el usuario nos obligan a recopilar e informar a la vez que los sucesos se desarrollan, tomando decisiones difíciles sobre si la información ha sido suficientemente verificada; las herramientas digitales nos proporcionan nuevas formas de buscar fuentes y contactar con ellas; las bases de datos y los teléfonos móviles con cámara incorporada, ubicuos, nos dan cantidades masivas de documentación para buscar y evaluar. La verificación exitosa resultará del uso efectivo de toda esa tecnología, así como del compromiso con estándares de precisión atemporales.

La necesidad de verificar comienza con la simple constatación de que muchas de nuestras fuentes de información son falsas. Pueden estar mintiendo con malicia o de modo inocente, transmitiendo desinformación. Pueden tener recuerdos dudosos o carecer de contexto o comprensión adecuada. Pueden estar en situación de peligro y no poder contarnos todo lo que saben, o ser incapaces de ver la foto completa de los sucesos mientras estos se desarrollan.

Nuestro trabajo no es reproducir como loros lo que dicen las fuentes y el material que proporcionan, sino retarlo, triangularlo con otras fuentes creíbles e identificar lo que es verdad, desbrozando de nuestro trabajo (antes de publicarlo, mapearlo o emitirlo) todo lo que sea falso o no esté suficientemente verificado.

Cada uno de los muchos caminos de la verificación que decidamos tomar tendrá sus defectos: cada vez más, y especialmente en situaciones de emergencia, se nos presenta una gran abundancia de fuentes oficiales y podemos encontrar fuentes de primera mano -las personas que de hecho vieron, o incluso participaron, en los sucesos en cuestión-. Pero esos testimonios pueden tener imperfecciones.

En 2006, el Gobernador de Virginia Occidental, Joe Manchin, afirmó a los periodistas que se había rescatado a 12 mineros de los 13 atrapados en la mina Sago. ¿Cómo no iban a lanzar los reporteros la historia?

Pero estaba equivocado. Doce de los mineros murieron; sólo uno fue rescatado. El gobernador se había basado en testimonios secundarios y terciarios y nadie los retó preguntándole cómo sabía que los mineros estaban vivos. Debemos cuestionar a las fuentes aparentemente acreditadas tan agresivamente como a las otras.

Nuevos recursos

La documentación ha cambiado con la tecnología. El vídeo que me ayudó a desmontar la leyenda en 1996 no habría estado en manos de uno de los miembros del equipo si hubiera intentado redactar esa historia 15 años antes (aunque todavía podría haber accedido a él acudiendo a los archivos del canal de televisión). Y en los años que han pasado desde que empleé aquel vídeo con fines de verificación, la disponibilidad de teléfonos móviles y cámaras de seguridad ha hecho que aumente la cantidad e importancia de la documentación audiovisual. Pero lo fácil que resulta editar vídeos digitales hoy en día nos lleva a la importancia del escepticismo. Y, además, cualquier vídeo recoge solamente una parte de la historia.

La tecnología también ha cambiado el modo como encontramos fuentes e información y el modo de tratar con ellas. Cuando los participantes y testigos de un hecho noticioso comparten sus testimonios con palabras, fotografías y vídeos en medios sociales y blogs, los periodistas pueden encontrar más rápidamente a alguien y conectar con gente que vió el desarrollo de la noticia, empleando para ello diversas herramientas digitales de búsqueda y otras tecnologías, así como recurriendo al crowdsourcing u obtención de información por colaboración abierta.

El uso más efectivo de estos nuevos recursos se produce al emplearlos junto a las viejas preguntas: ¿Cómo lo saben? ¿Cómo más lo saben? ^¿Ese viejo dicho sobre comprobar el amor de madre? Verifiqué la fuente original -alguien de la City News Bureau de Chicago [una de las primeras agencias de noticias cooperativas de Estados Unidos]- a partir de múltiples fuentes digitales: el Chicago Tribune, AJR y The New York Times. Sin embargo, incluso en este punto la leyenda complica la verificación. Un artículo de Michael Pakenham aparecido en 1999 en el Baltimore Sun afirmaba que la tradición atribuye la advertencia a quien durante muchos años ejerció como editor de noche en dicha agencia, Arnold Dornfeld (así lo hacen tres de los artículos mencionados más arriba), pero “Dornie contó que fue otro de los editores habituales allí, Ed Eulenberg, quien de hecho lo dijo primero".

Probablemente tu madre te ama, tal y como dice. Puedes verificarlo entrevistando a sus amigos y familiares, recuperando fotos y vídeos donde muestre o exprese su amor. Encuentra algunas cartas o actualizaciones de Facebook donde manifieste su afecto. Documenta los regalos y acciones que evidencian su cariño. Luego haz lo mismo con cada artículo, cada noticia y cada proyecto.



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